Informantes: Manuela Vaquerizo Fernández Elvira Berzosa Ramos Localización: Chiclana de Segura |
Romance de tema incestuoso, aunque frustrado por la complicidad de la madre y la hija frente al padre. |
Silvana
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Silvana se paseaba
por los altos corredores, con un pañuelo de Holanda que le arrastran los galones. Su padre la remiraba por un mirador que había. – Silvana si quieres ser de tu padre bien querida. – Si te vinieses conmigo, de oro y plata vestirías. Silvana se metió dentro con la leche maldecida. – Maldita sean las madres que «tien» hijas tan bonitas. – ¿Qué te pasa Silvanita? ¿Qué te pasa hija mía? – Que el tunante de mi padre me persigue «tos» los días. – Déjalo tú, Silvanita, déjalo tú, hija mía. Que ya llegara el día que mudemos de camisa. |
La camisa de Silvana
su madre se la ponía, la camisa de su madre Silvana se la ponía. A otro día por la mañana salió a la reja florida. Su padre la remiraba por un mirador que había. – Silvana si quieres ser de tu padre bien querida. – Si te vinieses conmigo, de oro y plata vestirías. – ¿Cómo quieres que ve vaya si yo ya estoy casada? Primero tuve a don Juan, segundo a doña María y ultimita a Silvanita que era la que más quería. ¿Quién a visto a Silvanita en un convento metida por querer guardar su honra y querer salvar su vida? |
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