Informantes: Pedro Ramón
Santos López Pérez
Ramón Pacheco Doménech
Localización: Venta de los Santos


Este romance de tema religioso es uno de los muchos ejemplos en los que se narran milagros de santos, en este caso la intervención divina por medio de ángeles que realizan el trabajo para permitir la oración de San Isidro.
De estructura pentacórdica con acentuación bien diferenciada de los modos latinos, puede sin embargo emparentarse aunque sea ligeramente con las formas griegas (a nuestro parecer más aún a los modos complejos), lo cual queda apreciablemente más marcado en el encuadre, de algunas estrofas de amalgama en anacrusa lo que dota a la melodía de cierto desencuadre y, por tanto, interpretación «ab libitum», la aparente modificación de tonalidad y, sobre todo, la forma insistente en que puede verse oscilar el modo, no hacen más que servir de pleonasmo a lo anteriormente expuesto.

San Isidro

San Isidro Labrador
labraba en su quintería,
cada vez que iba a labrar
era más de medio día.
Los gañanes de «alreor»
todos le tienen envidia
de ver que sus gananciales
sin comparación subían.
Uno de sus más amigos
a su amo fue a imponer.
— Mire usted, que su criado
no cumple con su deber
Si mi criado no labra
ni cumple con su deber
a usted no le pido nada
para pagarle yo a él.
El amo, que no era torpe,
quiso enterarse del caso,
se ha montado en su caballo
desde el alba revisando
y «vido» salir labrando
tres pares de bueyes blancos.
Se ha montado en su caballo
como tiene acostumbrado,
a darle los buenos días

donde estaba Isidro arando.
— Buenos días tenga, Isidro.
— Venga usted con Dios, mi amo.
— Ahora quiero que me digas
quién te ayuda en tu trabajo.
— A mí no me ayuda nadie
para hacer yo mi trabajo,
tan sólo el rey de los cielos
que me da salud y amparo.
Estando el amo delante
Isidro salió labrando
y «vido» abrirse tres surcos
no habiendo más que un «arao».
Se ha montado en su caballo
de la alegría llorando
a decirle a su señora
que su criado era santo.
El día quince de mayo
lo van a felicitar
por que tenía los campos
que era una preciosidad.
El día quince de mayo
las campanas repicaron,
lo van a felicitar
con permiso de su amo.

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