Informantes: Adoración Agudo / Juana Reyes Carrillo / Ana María Donaire / Luisa García Del Castillo / Antonia Herreros / Hilaria Gutiérrez.
Localización: Iznatoraf.
Es la historia de un drama familiar en el que las pasiones enemistan a los principales protagonistas; son los celos de la suegra, la brutal irreflexión del esposo unidos a la dependencia material y psicológica de la madre los que dan lugar a la serie de acontecimientos que narra el romance.
La gran difusión y permanencia de esta pieza parecen estar justificados por los abundantes motivos folklóricos que contiene que no son otros que los citados anteriormente y a los que cabría asociar la lejanía de la casada de la casa de sus padres y el desenlace cruel y sobrenatural.
Se pueden encontrar versiones en toda España, Portugal y América, aunque curiosamente el primer texto escrito conocido es sefardita: una versión del siglo XVIII recogida en Rodas.
Realmente, en pocos romances se puede hablar con tanta seguridad de ritmos imperantes que, por ende ( y casi por selección natural), se abren paso por entre la diversidad de acentuación preexistente dejando paso, tal y como lo muestra nuestra informante, el acento natural rítmico del compás terciario. Todo esto se reafirma en los recortes sucesivos que hacen una escala casi hexatónica de la heptatónica occidental.
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Carmelita se paseaba |
del infante gozaremos
de Carmela, Dios lo sabe. — Levántate de ahí, Carmela, — ¿Cómo quieres que levante? si de tres horas parida, no hay mujer que se levante — Levanta de ahí, Carmela, no vuelvas a rechazarme, que a las ancas del caballo y la Carmela delante anduvieron siete leguas sin el uno y la otra hablarse. — ¿Cómo no me hablas, Carmela? — ¿Cómo quieres que te hable si los pechos del caballo van bañaditos en sangre? — Confiésate a mí, Carmela, yo se lo diré a un fraile, que detrás de aquella ermita tengo intención de matarte. — Pues mátame aquí mismo, aquí no nos ve nadie. Las campanas de aquel pueblo empiezan a redoblarse. — ¿Quién se ha muerto?, ¿quién se ha muerto? — La Condesa de Olivares (habló el niño con dos días) que la ha matado mi padre. En el infierno hay dos sillas «pa» mi abuela y «pa» mi padre, en la gloria hay otras dos para mí y para mi madre. |
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