Informante: Ana Josefa Pérez
Localización: Jódar


Trama de ambiente rural que utiliza recursos narrativos de los cuentos populares: la loba y los perros hablan entre sí como los animales de las fábulas.
Menéndez Pidal basándose en la existencia de un refrán procedente de los primeros versos de algunas versiones del romance en el «Vocabulario de Refranes» de Correas (1627) lo data como anterior al siglo XVI y de origen extremeño con versiones en las zonas y rutas de trashumancia de los pastores de aquella región hacia Castilla-León y las montañas de Riaño en el límite del Principado de Asturias, calificando de muy raro su hallazgo en otras zonas. De ahí el interés de la versión que presentamos que, como casi todas, es fiel a la homogeneidad que la caracteriza posiblemente como consecuencia de ser los propios pastores quienes la difundieron por su área de pastos.
Los compases marcados en ostinatto por negras y corcheas, forman parte importante de la tradición musical europea (rondó, minuetto, jota…) y más cuando se haya delimitada por series de intervalos cortos.

La loba parda
Estando un pastor un día
sentadito en su majada
«vido» venir a una loba
derechita a su manada.
— Vuélvete, loba, lobita,
que aquí no adelantas nada,
que tengo siete cachorros
y una perra entrevillana;
ni le temo a tus cachorros
ni a tu perra entrevillana.
Ha dado la media vuelta
no ha podido pescar nada,
ha dado la otra media
pescó una cordera blanca.
Ha corrido siete leguas
por los cerros y cañadas,
al saltar el arroyuelo
le echaron mano a una pata.
— Tomad, perros, la cordera,
sana y buena como estaba.
No queremos la cordera
de tu boca alobadada,
que queremos tu pelleja
«pa» el pastor una zamarra,
el rabo para correas
para atacarse las bragas,
de la cabeza un zurrón
para meter las cucharas,
las tripas para vihuela
para que bailen las damas.

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