Este romance, que se puede escuchar en toda el área de influencia hispánica debido a su gran popularidad, resulta de ser el primero que aparece documentado gracias a la transcripción que un estudiante de Bolonia, Jaume de Olesa, realizó el año 1421, tal como aseveran la mayor parte de los autores entre ellos Pidal, mientras otros, como Milá, lo sitúa en una época posterior basándose en la aparición de un pliego suelto con el romance impreso, en 1530.
Se considera íntimamente relacionado con las pastorelas medievales, de las que podría ser un ejemplo «a la inversa».
La versión que incluimos mantiene las características de los ejemplares más primitivos como son el alto linaje de la dama (aún no convertida en zagala de versiones posteriores), el exordio narrativo inicial, las insinuaciones eróticas, la no desviación moralizante del personaje del pastor y sus motivaciones así como su forma estrófica.
La contraposición entre lo vetusto del acento rítmico y la amplitud cromática de la melodía, hacen ésta (junto con el de la Doncella Guerrera) una de las versiones que juzgamos más interesantes de entre las recogidas en éste trabajo.
|