Informantes: Ana Josefa Pérez.
Localización: Jódar.
Sin duda alguna hemos de considerar a los Carnavales como «las fiestas de la licencia», y es que si alguna palabra puede resumir el espíritu de esos días es ella. Ya griegos y romanos disfrutaban de festejos donde la norma de conducta habitual era la subversión de valores, donde a esclavos les estaba permitido vestir la túnica del amo y donde los disfraces, a la vez que cubrían las caras, ponían al descubierto apetencias más íntimas. Con posterioridad, y tras la cristianización de las fiestas, el carnaval se entiende en contraposición a la Cuaresma, a la que precede, pretendiendo ofrecer una despedida digna, un suntuoso «hasta luego» a todos los placeres de la carne hasta el final de la cuarentena que supone la Cuaresma.
Existen numerosos testimonios que prueban la persistencia de estas celebraciones desde tiempos inmemoriales, a pesar de las diversas y reiteradas prohibiciones que han sufrido a lo largo de la Historia.
También han servido de fuente de inspiración a poetas y músicos, desde el Arcipreste de Hita con su «Batalla entre Doña Cuaresma y Don Carnal» y posteriormente Juan del Encina en su «Égloga de Antruejo» que podría marcar el punto de arranque del teatro castellano, y que con motivo de las fiestas de Carnaval se representó en presencia de los Duques de Alba, a los que iba dedicada, en el año 1494. Al final de la obra se cantaba el siguiente villancico invitando a los asistentes a refocilarse ante la inminencia de la Cuaresma:
Hoy comamos y bebamos
y cantemos y holguemos,
que mañana ayunaremos.
Por honra de Sant Antruejo,
parémonos hoy bien anchos,
embutamos estos panchos,
recalquemos el pellejo.
Que costumbre es de concejo
que todos hoy nos hartemos,
que mañana ayunaremos…
En el primer tercio de nuestro siglo, que es de cuando proceden las coplas que están incluidas en la grabación, se organizaban murgas y comparsas que en sus letrillas arremetían contra lo divino y lo humano, siendo, quizá, la válvula de escape a todo un año de silencios y acatamientos. Es, conectando con lo que veíamos al principio, la subversión de los valores y el orden establecido.
Las coplas que aparecen en la grabación están recogidas en Jódar de la Chacha Ana Josefa, quien aún recordaba su «estreno» por la comparsa de «Marianillo».
Coplas de carnaval
Señor don Antonio Herrera,
de Jódar primer alcalde, le pedimos su permiso porque nos tiene cuenta de hablarle: Que los pobres de las cuevas también son nuestros hermanos y carecen de una fuente en invierno y en verano. Nos referimos a lo del pilar, y a don Antonio que nos lo hará, y si lo hiciera diríamos «to’os»: a don Antonio agradecemos este favor. |
Señoras y caballeros
un consejo voy a dar: ue todo el que tenga niñas que no las deje mucho bailar, porque estos bailes de ahora que se llaman el fox-trot para bailarlos de moda tienen las niñas disposición. Doblan mucho las rodillas y también el bailador, y a fuerza de movimientos tienen choque de…tacón. Esta es la historia del girapiés los bailaores salen sudando… no sé por qué… |
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