Informante: Adoración Ruiz Ramirez Localización: Carchelejo |
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Este es uno de los escasos romances de tema bíblico que aún perduran en la tradición oral moderna. En él se narra la violación incestuosa de que es víctima Tamar por su hermano Amnón, ambos hijos del rey David. La referencia original la hallaremos en el Libro II de Samuel, capítulo 13 versículos 1-34, de la que ha desaparecido en las versiones castellanas del romance la mención al rey David (sustituido por un «rey moro»), así como el desenlace final, en el que el hermano de Tamar, Absalón, venga el ultraje cometido, hechos estos casi constantemente presentes en las versiones sefardíes. Su gran popularidad y difusión hace posible localizarlo en la tradición oral moderna de todo el ámbito hispánico, quizá con la excepción de las comunidades sefardíes de Oriente, y como en otros muchos casos ha servido tanto de inspiración para autores de nuestro Siglo de Oro como de canción de corros infantiles, modalidad de la versión que aparece en este disco. Podríamos destacar en la versión que nos ocupa la fundamentación del esquema melódico en un osstinato de negras y corcheas, raras veces en el seguimiento del texto, acompañado por un paralelismo entre los dos frases (en esquema una sola) de cada estrofa, lo que nos hace pensar en una melodía muy posterior al texto y reacoplada a éste.
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Un rey moro tenía un hijo |
no miras que soy tu hermana,
y en un corro del Toboso no dirás que soy lograda. Un día estando en la mesa su padre la remiraba. — ¿Padre qué me miras tanto? — Hija, no te miro nada, que con esa ropa corta pareces una casada. — ¡Ay, padre, no digas eso que caigo mala en la cama! Llamaron los cirujanos, los mejores de Granada, unos le toman el pulso, otros le miran la cara, y al padre por no enojarlo le han dicho que era opilada. Al cabo los nueve meses la opilación se le acaba. Tuvo un niño y una niña que a la cuna los echaba. Se fueron a bautizarles domingo por la mañana y hasta el mismo cura dice hijos de hermano y hermana. |
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