Informantes: Vicente Montilla Polo Antonio Galiano López
Alfonso Cantero Molina Fausto García Polaina
Ildefonso Mariscal Casado Manuel Bauzán Molina
Localización: Villanueva de la Reina

En Villanueva de la Reina, durante los días de la Semana Santa, pervive la tradición, presente en otras muchas comunidades de nuestra geografta, de relatar la pasión mediante cantos, efectuados a dos voces, ilustrando determinados pasajes que, dependiendo del lugar en que se efectúen, reciben el nombre de pregones o coplas de pasión, que dentro de nuestra provincia encuentran su réplica en el cercano pueblo de Baños de la Encina, así como en Marchena (Sevilla) o La Malahá (Granada), entre otros.

Veamos cómo se desarrollan los hechos: dos grupos de hombres representan otros tantos papeles, por un lado los «armaos», que vendrían a ser las fuerzas del Sanedrín, y, por otro, los «romanos», fuerzas del Imperio. Los primeros se encuentran bajo el mando de un capitán, que se distingue del resto por lo vistoso de su yelmo, el plumero de éste e ir armado con espada mientras que el resto lo está con alabardas.

Los «armaos» y su capitán son personajes cuyos intérpretes heredanen su mayoría la indumentaria y el cargo de su familiares de mayor edad, no ocurriendo así con el grupo de romanos, que llegó a estar disuelto, recomponiéndose hace algunos años a base de jóvenes del pueblo. Son precisamente los «armaos» quienes efectúan las coplas y pregones de pasión, teniendo asimismo como cometido acompañar conjuntamente con los romanos las procesiones que se llevan a cabo en esos días, excepción hecha de la del Santo Entierro, que velan toda la noche del Viernes Santo los primeros sin tener acceso a la Iglesia los romanos. Al amanecer del sábado, llenan los penachos de sus yelmos con flores que recogen de macetas y arriates mientras cantan las coplas del Resucitado.

Los pregones propiamente dichos, en número de siete, se cantan durante la celebración de los oficios litúrgicos de Semana Santa en los que se lleva a cabo una lectura comentada de la Pasión según las Sagradas Escrituras, lectura que se ve interrumpida por los cantos en los pasajes correspondientes.

En el primer sermón de Semana Santa, que se efectuaba en la tarde del Jueves Santo, se cantaban los dos primeros pregones, el de la Oración en el Huerto y a continuación el pregón de Azotes, en el que se narra la sentencia primera a que fue condenado Jesús por Pilatos. En la madrugada del Jueves al Viernes Santo tenía lugar el segundo sermón, que comenzaba aproximadamente a las tres de la mañana para finalizar momentos antes de las seis, ya que a esta hora comenzaba la procesión del Nazareno. En este segundo sermón se volvían a cantar los dos pregones del jueves (ya mencionados) y tres diferentes (cinco en total): El pregón de la Sentencia de Muerte, el de la Confortación y el de Justicia.

Ya el Viernes Santo por la tarde, en el tercer y último sermón, se entonan los dos pregones en que la protagonista es la Virgen: el pregón de la Soledad y el de Lágrimas.

Entremedias de los sermones, durante la celebración de las procesiones, y también a cargo de los «armaos», se entonaban las coplas de pasión, con formas musicales diferentes, aunque con puntos comunes, a los primeros. Los temas que se tratan en éstas serian, entre otros: el prendimiento en el huerto, la traición de Judas, negaciones de Pedro, la flagelación, el Cirineo, a la Virgen de la Amargura en «El Paso», a la Verónica, etc.

En la actualidad el grupo de «armaos» está integrado por Vicente Montilla Polo (77años), Antonio Galiano (73años), Fausto García (59 años), Manuel Bauzán (58 años), Alfonso Cantero (57 años), y Ildefonso Mariscal (35 años).

Pregón de la Oración en el Huerto
Una noche tenebrosa
en Getsemaní apartado,
con unos grandes temores
Jesús está acongojado.
Como hombre verdadero
su visión se ha lastimado,
pues como Dios infinito
ve que Judas ha tramado
la traición y la perfidia
que ningún otro malvado.
Al Eterno ruega humilde
si es posible sea liberado,
con las ansias de la muerte
sangre viva ha trasudado
por su cuerpo sacrosanto
que con ella se ha bañado;
aunque su carne así teme,
su corazón se ha esforzado
con el decreto del Padre
que cumplirá con agrado.
El que da firmeza al cielo
por mí está debilitado,
y sucumbirá si un ángel
no le conforta al Amado.