Informante: Joaquín Quesada Guzmán
Localización: Pegalajar

Gran parte de los temas navideños en nuestras canciones tradicionales no se basan, como sería lógico, en los textos de las Sagradas Escrituras, en los Evangelios Canónicos, sino que por el contrario, la relación de estos cantos parece mucho más evidente en los llamados Evangelios Apócrifos, aquellos no aceptados como auténticos por la jerarquía de la Iglesia Católica.

El motivo de este fenómeno puede radicar en la extrema parquedad de los Evangelios Canónicos al referirse a la infancia de Jesús, a su nacimiento, a las bodas de la Virgen, y en general a todo el periodo anterior a la vida pública del Mesías, mientras que la imaginación popular ha creado numerosos romances y villancicos que narran con gran detalle estos y otros acontecimientos, desde la Anunciación hasta episodios de Jesús Niño, pasando por las peripecias de la huida a Egipto o algo tan humano como podría ser el lógico sentimiento de celos, por parte de San José, al conocer el estado de María.

Otro problema bien distinto sería el explicarse cómo estas composiciones heterodoxas, han podido sobrevivir durante cientos de años, eludiendo el fino tamiz que imponía el Santo Oficio.

San José como es viejo / nadie lo quiere,
su esposa María / por él se muere.
San José carpintero / la Virgen teje,
y el Niño hace canillas / con gozo alegre.
Madre, cuando venía / de aquél mandado,
había cerecillas / en el mercado;
Niño, toma la cesta / y anda por ellas,
mira que no te engañe / la cerecera;
madre, a mí no me engaña / que aumento en ella.
Naranjas de la China, / limón de perlas,
Le ha regalado al Niño / la Nochebuena.

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